Es también la más árida de las siete islas y, al igual que el resto, de grandes restos de erupciones volcánicas. Fuerteventura es también una de las Islas en las que menos llueve, y su temperatura media anual ronda los 20 grados centígrados.
Esta Isla tiene a su vez un pequeño islote perteneciente a ella, la Isala de Lobos, al norte de la misma y separada por tan sólo tres kilómetros.
La Islas de Lobos es prácticamente desierta, no existen carreteras y en ella, apenas hay edificaciones. La Isla de Lobo forma parte del Parque Natural de las Dunas de Corralejo. En esta área destacan los avistamientos de algunas especies de cetáceos y aves.
La Isla de Fuerteventura está formada por seis municipios, que son Puerto del Rosario (Capital); Antigua;Betancuria; la Oliva Pájara y Tuineje.
De ellos, el municipio más poblado es Puerto del Rosario, mientras que el menos poblado es Betancuria, que no llega a los 1.000 habitantes.
Su economía está basada principalmente en el turismo.En cuanto a la orografía, fuerteventura es una isla un tanto llana. Su altura máxima esta en la zona sur de la Isla, en la península de la Jandía, con el Pico de La Zarza a 800 metros de altitud.
En la zona central se encuentra el Macizo de Betancuria, con una altura máxima de 763 metros en el Pico de la Atalaya.
En Fuerteventura, al igual que en Lanzarote, existen muchos malpaises, formados a partir de las numerosas erupciones volcánicas, la mayoría de ellos, en la actualidad, son espacios protegidos.
Fuerteventura cuenta con 13 especios naturales protegidos.Playas cálidas de aguas limpias. Horizontes desnudos, donde surgen, aquí un molino, allí un rebaño de cabras, más allá una pequeña aldea de casa blancas.
Incluso su capital, Puerto del Rosario, no ha perdido ese aire rural y atemporal que envuelve a toda la isla. Fuerteventura posee las playas de arena fina más extensas del archipiélago, localizadas fundamentalmente en sus extremos norte y sur. Otra marca ostenta esta isla: la de mayor número de horas de sol al año.
Mientras que la plataforma litoral, en especial en las islas occidentales, prácticamente no existe, ya que a escasos metros de la costa pronunciados taludes se abisman en los fondos marinos, en Fuerteventura ésta es muy amplia, lo que beneficia a la transparencia de sus aguas y a su calor.
Muy cerca de Betancuria, Pájara, es famosa por el Parque Natural de Jandía, asentamiento normando al que se accede a través de desfiladeros.
Morro del Jable, en la punta, la Pared de Jandía y la Montaña Cardones completan la visita al sur. El Norte hay que empezar a explorarlo a través de Teífa, donde se ha reconstruido un poblado guanche.
Ya cara al mar, Cotillo y la bella fortaleza de El Tostón, del siglo XVll.Una de las zonas más atractivas es el Parque Natural las Dunas de Corralejo, con sus montañas de dunas asentadas sobre materia volcánica, que ocasionaron, hace siglos, la formación de la Isla de los Lobos.
El parque natural de Corralejo permite tener una experiencia de desierto a pocos kilómetros de un centro turístico de primer ordenArenas blancas hasta donde llega la vista.
El viento es el responsable de uno de los paisajes más espectaculares de la isla de Fuerteventura. Allá, en el extremo oriental del municipio de La Oliva, ha creado un paisaje de dunas que recuerda a los perfiles del cercano Desierto del Sáhara.
Las Dunas de Corralejo son un parque natural sorprendente y una buena oportunidad para conocer los secretos de los ecosistemas dunares de Canarias, paisajes escasos pero espectaculares que tienen como máximos representantes al norte de Fuerteventura y al Sur de la vecina isla de Gran Canaria.
Un paseo por las Dunas de Corralejo aúna recorrido ecológico y la posibilidad de bañarse en playas desiertas de aguas transparentes.
El Desierto del Sáhara está apenas a 100 kilómetros y la verdad es que se nota. Fuerteventura es prolija en ambientes de claro sabor africano.
Pero al norte de la Isla, en las inmediaciones de Corralejo, las semejanzas con el continente vecino se hacen más que patentes.
Las arenas se adueñan del paisaje y los complejos dunares dibujan un perfil de suaves ondulaciones y colores amarillos que recuerdan epopeyas saharianas. Pero no. Esto es Fuerteventura, una isla sorprendente que ofrece, entre otras muchas cosas, ecosistemas de rara belleza donde se impone la estética minimalista de los espacios áridos.
Las Dunas de Corralejo, junto con el vecino Islote de Lobos forma uno de los parques naturales más sorprendentes de Fuerteventura y Canarias.
Próximo a uno de los centros vacacionales más importantes de la Isla, esta franja de algo más de ocho kilómetros de longitud y tres de ancho es un oasis de naturaleza en una zona de explotación con alta densidad turística.
En total son 2.668,7 hectáreas de gran importancia geológica y biológica.
Según se desprende de su catalogación por parte del Gobierno de Canarias, su valor medioambiental más importante es su campo de arenas y dunas móviles y fósiles. Al Sur limita con el malpaís de Montaña Roja y al norte con el pueblo de Corralejo.
Se trata de arenas de origen orgánica, esto es se ha formado con los restos de conchas de millones de animales marinos que la corriente ha depositado en la costa norte de Fuerteventura. De ahí su color blanco. Playas impresionantes.
Quizás éste sea el mejor de los atributos para el que se atreve a caminar por este parque.
Nosotros recomendamos hacer kilómetros entre sus dunas y aprovechar la soledad de sus costas para darse un chapuzón idílico.
Turismo del bueno, sí señor. ¿Hay algo más exclusivo de contar con tu propia playa? Pues eso, en Fuerteventura, es posible.
En España, las playas son públicas, pero en Corralejo, la densidad de ocupación es tan baja que puedes sentirte el dueño de tu propia playa. baño, paseo ecológico... No cuesta tanto sentirse un Lawrence de Arabia en versión majorera (gentilicio popular de los habitantes de Fuerteventura).
El final del camino, si vienes del norte, viene marcado por las coladas oscuras del malpaís asociado a la Montaña Roja. Las piedras irregulares del volcán interrumpen la blanda senda de arenas blancas.
Para los perezosos basta con atravesar la franja costera del parque a través de la FV-1, carretera que une las poblaciones de Puerto del Rosario (capital de la isla) y Corralejo.
Pero pese a las apariencias, este trozo de Fuerteventura dista mucho de ser un desierto. Hay plantas valientes que han hecho de este extenso campo dunar su hogar, algunas de ellas, tan únicas que sólo pueden encontrarse en la isla de Fuerteventura.
Se trata de una flora muy especial, que soporta las duras condiciones climáticas de la isla (bajo índice de precipitaciones al año) y la constante influencia del mar (alta salinidad de los aportes de humedad).
Junquillos, melosas, cebollines estrellados y espinos de mar son los protagonistas vegetales de un ecosistema de extremos.
Y ya sabemos que si hay verde, siempre hay algo que viva de él . Dentro de la fauna es de destacar la presencia de aves marinas y terrestres, de entre las que destaca la Hubara Canaria, un ave endémica que sólo puede verse en Lanzarote (muy escasa) y la Maxorata (nombre aborigen de Fuerteventura) también pueden verse corredores, cada vez más escasos, alcaravanes, gangas, bisbitas camineras, cernícalos, terreras marismeñas o tarabillas canarias.
Esta riqueza le ha valido al parque natural para convertirse en una Zona de Especial Importancia para la Protección de las Aves (ZEPA), un estatus que le confiere mayor importancia ecológica.Como ecosistema vinculado al mar, las Dunas de Corralejo también tiene vecinos y visitantes entre la fauna de litoral.
Correlimos, andarríos chicos, vuelvepiedras, gaviotas y zarapitos, son las aves marinas más corrientes. El mundo de los reptiles también se ve representado con el perenquén rugoso y el lagarto de Haría como endemismos de la isla.
Y entre los mamíferos, la difícil adaptación a la sequía reserva el territorio a tan sólo algunos ejemplares de erizo, musaraña canaria. Entre los animales introducidos destacan los conejos y los gatos, estos últimos, en un muy escaso número.
Todos ellos se han acostumbrado a vivir en el límite, sacando lo que necesitan de un ecosistema tan duro como bello, tan seco como deslumbrante.
Fuerteventura tiene dos fisonomías,, su costa oriental, donde a resguardo del viento se encuentran las mejores playas, y por ende los complejos vacacionales, y la costa occidental, casi virgen, batida por el fuerte oleaje, donde subsiste a duras penas alguna aldea de pescadores, en la que aún se puede saborear pescado fresco.
En la espina dorsal de la isla es donde se encuentran las poblaciones más interesantes.
La Oliva, Antigua, Betancuria, Pájara y Tuineje conservan su pequeño patrimonio, con algunos museos, viejos molinos rehabilitados y centros artesanales, como el de Tefía y el Centro de artesanía Molino de Antigua donde vale la pena detenerse para comprender un poco el carácter del pueblo majorero.
Entre los atractivos de la isla como habeis visto estan estas Dunas de Corralejo, declaradas Parque Natural en 1982.
Es un paisaje de dunas de arena blanca junto al mar de gran interés ecológico
.Desde el Puerto de Corralejo se pude coger un barco para ir al islote de Lobos, que forma parte del Parque. Los amantes del buceo tienen por el camino hacía la isla unos fondos espectaculares.
Sus aguas, transparentes y de gran luminosidad debido al reflejo de la luz en los fondos de arenas blancas, son ideales para la fotografía submarina.
El paisaje de dunas es de gran interés científico, tanto a nivel de fauna como de flora.
No os olvideis las gafas y las aletas... Podeis bucear como si estuvierais en el Caribe.
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