Señorío de Bertiz

El Parque Natural del Señorío de Bértiz es la zona que concita la mayor atracción turística de Navarra. Se encuentra situado en el centro de la comarca de los Valles Cantábricos, al norte de la divisoria cántabro-mediterránea, a orillas del río Bidasoa.
Las 2.040 hectáreas que componen los terrenos del Parque Natural forman parte del término municipal de Bertizarana, y lindan al norte con el término de Etxalar, al este con el término de Baztán, al sur con el río Bidasoa y al oeste con otros terrenos de Bertizarana y el monte denominado Cuatro Pueblos.
La primera referencia de propiedad del Parque se remonta al año 1392, y concretamente se trata de Pedro Miguel Bértiz, también conocido con el sobrenombre de Micheto, a quien nombraron merino mayor de las Montañas.

Con posterioridad a diversos señores de Bértiz, la finca fue adquirida en 1898 por Pedro Ciga Mayo, quien la configuró al estado actual. El señor Ciga, por testamento ológrafo, legó en 1949 dicha finca a Navarra y en su nombre a la Diputación Foral con la condición de conservarlo sin cambiar sus características y con el objetivo de que fuese utilizado con fines recreativos, educativos y de conservación e investigación de los ecosistemas naturales.
Así, por Acuerdo de la Diputación Foral, el 25 de marzo de 1984 se declaró la finca "Señorío de Bértiz" como Parque Natural, el primero de Navarra, después obtendrían esta calificación Urbasa-Andía (27 de febrero de 1997) y Bardenas Reales (6 de abril de 1999). De esta manera se protegió un territorio de 2.040 hectáreas en las que se diferencias dos zonas: el Jardín y la zona montañosa.
La historia del Jardín, situado a orillas del río Bidasoa, se remonta al año 1847, momento en el que fue diseñado por el jardinero francés Félix Lambert, aunque fue Pedro Ciga quien lo configuró tal y como se encuentra en la actualidad. El Jardín alberga en sus 3,4 hectáreas árboles y arbustos de los más lejanos rincones del mundo, entre los que se encuentran el ciprés calvo, el cedro de Japón, los tejos, las camelias, las azaleas o los bambúes, que se combinan con el gran número de especies autóctonas. En el último censo se contabilizaron un total de 126 especies. Entre ellas se encuentra el ginkgo, la especie arbórea viva más antigua del Reina Vegetal, anterior a la aparición de los mamíferos.
El Parque alberga en su interior un Centro de Interpretación de la Naturaleza
La vegetación predominante del Parque está compuesta por los bosques caducifolios atlánticos y colinos. El bosque dominante por encima de los 500-600 metros de altitud es el hayedo oligótrofo, junto a helechos, brezos, arándanos y gramíneas.
El robledal acidófilo de roble común ocupa las laderas bajas, mientras el marojal de reducida extensión, es la tercera pieza del paisaje forestal de las laderas del Parque Natural.

El fondo del valle del Parque Natural presenta alisedas lineales bien conservadas, en contacto con prados de siega que sustituyen a los antiguos bosques de fresnos sobre suelos fértiles, siguiendo un modelo de agrobiosistema propio del área baztanesa.
En general, los bosques del Parque Natural responden a un grado de naturalidad elevado, lo que hace del conjunto una pieza de alto valor ecológico por su representatividad y grado de conservación.

De hecho, el Parque Natural constituye una cuenca cerrada en modelo de vaguada, perfectamente estructurada, como se aprecia desde los 830 metros de Aizkolegi, punto culminante del Parque.
Entre la fauna presente en Parque Natural cabe señalar que las aves nidificantes cuentan con 46 especies.

Entre las aves sedentarias destacan el trepador azul, el carbonero palustre, el carbonero garrapinos, el herrerillo capuchino, el camachuelo, el pico picapinos, el agateador común y el agateador norteño. Asimismo, se pueden encontrar el pito real, pito negro, pico picapinos, pico menor, pico dorsiblanco y el pico mediano.
Impresiona la cubierta vegetal de este parque nacional del Señorío de Bértiz (Oronoz), en Navarra. Es exuberante y se debe al clima, cálido y muy lluvioso (hasta 2.000 litros al año), y a la ausencia de heladas. Una masa cerrada de hayas cubre casi en su totalidad las 2.040 hectáreas del parque. Ha habido intentos de reducir su número con entresacas, paralizadas por las protestas de los ecologistas.

Esta bonanza natural ha permitido que alrededor del palacete de Pedro de Ciga la vegetación sea exuberante. Está prohibido circular en vehículo, aunque sí en bicicleta de montaña y a caballo.Como es lógico, la distancia es excesiva para una familia con niños, por lo que se recomienda caminar un rato a través del bosque impenetrable y volver a la orilla de Bidasoa para visitar los edificios más turísticos.La fauna es un elemento muy importante en el parque. Junto a los corzos, ciervos y jabalíes propios de la zona, muy difíciles de ver, hay un invasor no invitado llamado coipú. Es un pariente menor de los castores y procede de Chile.

Es un roedor oportunista que vive en los mismos parajes que la nutria.Es muy fácil ver ardillas y en los días menos frecuentados se puede escuchar el tableteo del pájaro carpintero.El río Baztán cambia de nombre en Bértiz. Tuerce hacia el norte y en su búsqueda del Cantábrico, pasa a convertirse en el Bidasoa, hasta desembocar en la bahía de Txingudi.

Con Mugarie como epicentro, no debemos de dejar de visitar (por fuera, puesto que son particulares) algunas de las magníficas casas torre y palacios del valle.

Fueron construidas entre los siglos XV y XVI con la piedra roja del Baztán y algunas conservan aún la fachada de madera. Destacan las de Arraiotz, Elbete, Elizondo e Irurita
Bértiz conjuga armónicamente cumbre, árbol y regata. La infinidad de estas pequeñas regatas que, en sus pendientes iniciales surcan tortuosamente el Señorío, se suavizan camino hacia el valle y sus pequeños e incluso intermitentes caudales, se hacen importantes constituyendo permanentes arroyos de montaña.

Como respaldo, en la vertiente sur, la regata Irretarazu y Suspiro tributan sus aguas a la regata Grande, por su margen derecha. Dicha regata, llamada también de Aiansoro, desemboca en el Bidasoa. A 25 km de ese punto,también desemboca en el Bidasoa, a través de las regatas de Echalar, la llamada regata del Infierno.

Las tres regatas más destacadas tienen caudales permanentes a lo largo de todo el año
Para acceder al Parque de Bértiz es preciso llegar a Oronoz Mugaire, población que se situa en la confluencia de la carretera de Pamplona a Irún por Velate y de Pamplona a Francia por Danchirenea. Desde esta localidad se llega al Señorío atravesando un puente sobre el río Bidasoa.

El Parque está situado al norte de Navarra y conserva extensos bosques de hayas y robles. debido sobre todo al clima, que como hemos comentado es cálido y muy lluvioso, y la ausencia de heladas han sido los mejores aliados para la conservación de este inmenso bosque navarro.

Se trata por tanto de una impresionante y cerrada masa de hayas y robles que cubren casi en su totalidad al Parque.

Los corzos, ciervos y jabalíes, propios de la zona, son muy difíciles de ver. Pero es relativamente fácil ver ardillas y, en los días menos frecuentados, se puede escuchar al pájaro carpintero.
Esta inmensa masa boscosa de hayas y robles mantiene una fauna que responde a la propia de los bosques atlánticos maduros, como lo corrobora la presencia de especies como el pico mediano y el pico dorsiblanco.
Las cuevas de Zugarramurdi están íntimamente relacionadas con antiguos ritos de brujería. Según cuenta la tradición, fueron escenarios de akelarres y coloca otro punto mágico al entorno. Animaros a visitarlo. La comida en los restaurantes de la zona es excelente.

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