Cabrera

El archipiélago de Cabrera, que incluye la Illa Conillera, la Illa Plana, la Illa Foradada, Na Pobre y los islotes Pla y Foradat, entre otros, fue declarado por las Cortes Generales, en Abril de 1991, Parque Nacional Marítimo-Terrestre por su extraordinario valor paisajístico y ecológico.



En ella se alzan un castillo-fortificación medieval, una ermita y el monumento a los franceses desterrados en ella.



Cabrera y sus islotes son, hoy por hoy, uno de los principales puntos de visita para los aficionados al turismo ecológico y marítimo.

El visitante de la isla puede disfrutar de su riqueza ornitológica, de sus profundidades marinas y de su singular geografía.

La isla de Cabrera se puede visitar gracias a las excursiones marítimas que salen cada día desde el puerto de la Colònia de Sant Jordi.

Ecosistema insular virgen a poco más de una hora de navegación desde Mallorca, en Baleares, se encuentra este paraje que cuenta con una importante riqueza natural.

En este conjunto de islas e islotes calcáreos destaca su ecosistema marino, con la presencia de praderas de Posidonia oceánica, que posibilita la proliferación de un gran número de especies de fauna marina.



Este fondo marino es uno de los mejor conservados de nuestro litoral. Además, son destacables varios endemismos botánicos, así como importantes colonias de aves.



El archipielago está formado por la isla principal Cabrera, seis islas menores y una docena de pequeños islotes. Supone la prolongación emergida de la Sierra de Levante mallorquina y posee un relieve accidentado y un contorno irregular.

Además de sus valores naturales, posee otros de carácter cultural como el Castillo del siglo XIV, declarado monumento histórico-artístico, y yacimientos arqueológicos terrestres y subacuáticos.


Las reducidas dimensiones de este conjunto de islas e islotes y las condiciones climatológicas propias de un clima mediterráneo semiárido con claras influencias marinas y con precipitaciones anuales de 330mm. detemina que exista un único tipo de vegetación dominante, la garriga o material mediterraneo, vegetación caracterizada por la presencia de arbustos esclerófilos.


Los estudios botánicos realizados en este parque hasta la fecha hablan de 450 especies de plantas vasculares, de las que 30 son endémicas de las Baleares o incluso del propio archipiélago de Cabrera, ocho especies de helechos, 22 de musgos y 21 de líquenes.


Dentro de la vegetación dominante de garriga hay que señalar la presencia de especies como el acebuche y olivo silvestre ( Olea europaea var. sylvestris) acompañado por el lentisco (Pistacia lentiscus) , de cuyos frutos se obtenía antes en las islas Baleares un aceite que era empleado para el alumbrado, el llampúdol bord (Rhamnus ludovici-salvatoris) , especie de las Baleares dedicada al archiduque Luis Salvador, el canadillo (Ephedra fragilis) , de la que se obtiene en farmacopea el alcaloide efedrina, la lletrera (Euphorbia dentroides) , planta característica de los roquedos y matorrales pedregosos próximos a mar...



En la vertiente más expuesta a los vientos crece un matorral más bajo, de tipo heliófilo con especies comunes como la bruguera (Erica multiflora) , un arbusto de gran belleza y floración espectacular de color rojizo y el romero (Rosmarinus officinalis) , cuyo nombre latino significa literalmente rocío marino, de olor fragante y cuyo néctar es muy buscado por las abejas.




Ejemplares de sabina negral,estepa joana con su flor amarilla y (Juniperus phoenicea) se localizan mezclados con el matorral, junto al lentisco surge el colorido del poleo del monte.



Repartidos en pequeños núcleos, pero principalmente en la zona norte de Cabrera se encuentran pequeños bosquetes de pino carrasco o pi bord (Pinus halepensis) , el pino menos robusto de todos los pinos españoles pero cuya xerofilia le ha permitido colonizar terrenos muy áridos y degradados.





Una curiosidad florística de la isla la constituye un pequeño bosquete de boj (Buxus balearica) situado en Cala Emboixa, en el noroeste de Cabrera, que protegido por al umbría que le proporciona el Cap Ventós, ha podido sobrevivir en este medio tan hostil para esta especie.

Dentro de los vertebrados terrestres hay que señalar la presencia abundante de la lagartija balear (Podarcis lifordi) , endémica del archipiélago de Cabrera y de los islotes que rodean Mallorca y Menorca.



De las 19 subespecies que se han censado hasta la fecha, 10 se localizan en Cabrera y otros islotes de su archipiélago. Aproximadamente se calcula que el 80% de la población total de este reptil se encuentra protegida en el parque nacional.



Entre los mamíferos hay que destacar la presencia de la gineta (Genetta genetta) introducida no se sabe cuando, así como gatos asilvestrados y ratas que han transportado las embarcaciones.


Tres especies de murciélagos tienen sus cuevas en el archipiélago: Pipistrellus savii, Plecotus austriacus y Miniopterus schresbersii. Pero son sobre todo las aves, en particular las aves marinas las que adquieren el protagonismo en este parque nacional.



Hay que destacar que el archipiélago constituye un importante lugar de paso entre el norte de África y Europa, habiéndose censado en los últimos años unas 120 especies de aves migradoras que han utilizado el parque nacional como área de pasa o contrapasa.

Su privilegiada situación y su relativo aislamiento han permitido que el archipiélago de Cabrera pueda coger una importante colonia de nidificación de aves marinas.


Entre ellas destacamos el paiño común o noneta (Hydrobates pelagicus) , una pequeña ave de color oscuro, negruzco, con un marcado obispillo blanco.


Bastantes parejas de esta especie crían colonialmente en algunos islotes del archipiélago. La pardela balear o baldritja (Puffinus yelkouan mauretanicus) es una especie pelágica que pasa la mayor parte de su vida en alta mar y que llega al archipiélago a criar.

Hace el nido en el suelo, protegido a veces por matas y arbustos. El huevo blanco mate que ponen es comido muchas veces por ratas y gatos introducidos por el hombre.


Más de 300 parejas de pardela cenicienta o virot (Calonectris diomedea) nidifican cada año colonialmente en el archipiélago aprovechando las grietas y agujeros de rocas y acantilados donde depositan un único huevo blanco mate, del que tras una incuvación de casi 2 meses por ambos progenitores nace un pollo nidícola, que tanto el macho como la hembra se encargan de alimentar.


Otra importante colonia reproductora del parque nacional con más de 100 parejas es la de cormorán moñudo o cob mohú (Phalacrocorax aristotelis) , un extraordinario buceador que básicamente se alimenta de peces, crustáceos y moluscos y que puede permanecer bajo el agua hasta cuatro minutos.

La gaviota audouin o gavina corsa (Larus audouinii) es una especie que estuvo amenazada de extinción hace unos años, pero que hoy sus poblaciones se van recuperando.


Es quizás la especie más emblemática de Cabrera, en donde posee una de sus principales zonas de nidificación del mediterráneo. Se la ve con frecuencia pescando cerca de la costa, capturando los peces con rápidos picados en el agua.



Pero el ave marina más abundante en el parque es la gaviota patiamarilla o gavina (Larus cachinnans) , cuyas poblaciones siguen aumentando ya que se trata de una especie oportunista, que se alimenta de cualquier cosa, incluidos desperdicios y que está muy bien adaptada a la presencia del hombre.


En Cabrera nidifica principalmente en los islotes y acantilados marinos.


Cuatro especies de aves rapaces pueden ser vistas en el archipiélago. El águila pescadora o águila peixatera (Pandion haliaetus) que se alimenta exclusivamente de peces marinos a los que captura tras un espectacular picado.



En el parque hay al menos dos parejas reproductoras de esta especie. El halcón de Eleonor o falcó marí (Falco eleonorae) , especie gregaria para nidificar y a veces también para cazar.


Se diferencia de otras rapaces en que construye su nido mucho más tarde que las demás, al final del verano, para hacer coincidir el nacimiento de los dos o tres pollos que cría cada año, con el paso de las aves migradoras que van a invernar a África.

Cuando estas aves llegan cansadas a las costas del archipiélago constituyen una presa fácil para la veloz rapaz. En los acantilados de Cabrera o de Conejera también es fácil ver ejecutar sus espectaculares vuelos al halcón peregrino o falcó (Falco peregrinus) , una especie amenazada en el conjunto del territorio nacional pero que aquí tiene varias parejas nidificantes.

Por último, nos es raro tampoco observar inmovil, cerniéndose en el aire mientras mueve rápidamente sus alas en los claros de vegetación de la garriga al pequeño cernicalo común o xoriguer (Falco tinnunculus) , del que se han censado diversas parejas en Cabrera.



Otras 30 especies de aves nidifican en el parque nacional como la abubilla o puput (Upapa epops) , el cuervo o corb (Corvus corax) , el jilguero o cardenera (Carduelis carduelis) , el verderón o verderol (Carduelis chloris) , la golondrina común u oronella (Hirundo rustica) , pinzón común (Fringilla coelebs) ... Entre estas aves hay que destacar la presencia de la curruca balear o buscaret coallarga (Sylvia sarda) , especie mediterránea que en España se reproduce básicamente en las islas Baleares.




El principal rasgo que diferencia a Cabrera de otros parques nacionales españoles es su medio marino.

Del total de la superficie del parque, 8.703 hectáreas corresponden a un ecosistema marino situado entre el nivel del mar y los 120 metros de profundidad.



Las comunidades vegetales marinas del litoral están condicionadas básicamente por dos factores: la intensidad luminosa y el tipo de sustrato.

Al carecer prácticamente la isla de Cabrera de torrentes que aportan sedimentos a las aguas marinas, éstas son muy transparentes lo que permite que las comunidades vegetales puedan vivir a más profundidad.



Según el tipo de sustrato que se distingue en la plataforma continental del archipiélago un sustrato arenoso y otro rocoso.

El sustrato arenoso está dominado por la posodonia (posidonia oceanica) , una fanerógama que ocupa los fondos arenosos del parque entre el nivel del mar y los 45 metros de profundidad.

Sus mejores representaciones se localizan en las bahías de Santa María y de la Olla. Esta planta juega un papel ecológico semejante al de los bosques en tierra ya que actúa fijando los suelos arenosos y evitando la erosión de los mismos.




Por otro lado oxigena las aguas gracias a su gran producción de oxígeno y constituye la base o primer eslabón de las cadenas tróficas marinas. Más de 60 especies viven sobre sus hojas de una manera epífita y entre sus hojas y raíces se aloja también un gran número de invertebrados, algunos de los cuales depositan allí sus puestas.

En el sustrato rocoso se localizan numerosas algas.



Las más superficiales son algas verdes muy ricas en clorofila mientras que las más profundas son las algas rojas cuyos pigmentos están especializadas en captar la poca luz que llega a esas profundidades.




Numerosos invertebrados se han cansado en las aguas del parque nacional. 82 especies de poríferos, 33 de cnidarios, 3 de gusanos poliquetos, 1 sipuncúlido, 1 equiúrido, 18 especies de crustáceos, 23 de moluscos, 20 equinodermos y 10 de turnicados.




Si son importantes las comunidades de invertebrados no les van a la zaga las de vertebrados. Más de 200 especies de peces han sido citados en las claras aguas del archipiélago.



Por nombrar sólo algunas de las especies de mayor interés pesquero hay que citar al mero (Epinelepus guaza) , a la dorada (Sparus aurata) , el cabracho (Scorpaena scrofa) , al dentón (Dentex dentex) , al pargo (Pagrus pagrus) , al salmonete (Mullus sp. ) ...



Tres tortugas marinas están presentes en el archipiélago: la tortuaga boba, la tortuga laúd y la tortuga verde. No es raro observar en esta agua protegidas algunos mamíferos marinos como el delfín común Delphinus delphis) , el delfín listado (Stenella coeruleoalba) y el delfín mular (Tursiops truncatus) .

Los últimos ejemplares de la hoy desaparecida de esta agua foca monje (Monachus monachus) habitaron no hace mucho tiempo este archipiélago. Hoy pueden encontrarse algunos ejemplares divagantes.


Esperamos que la Cabrera siga siendo un lugar de recogida y acojida de la naturaleza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno el blog

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